Conversación con N., con la que no hablaba desde que se fue a Georgia —su país natal— con su familia. Volví a contactar con ella cuando estaba en el brunch de celebración con mi directora de tesis, que habla con ella con frecuencia. Me enseñó un par de fotos de la creciente familia y le enviamos un saludo. Tiene más o menos mi edad, 5 niños y, además de estar haciendo cosas chulísimas (como un museo rural sobre su propia familia, mientras construye su casa con métodos ancestrales), está trabajando en su tesis, también sobre Platón. Conozco la sensación cuando alguien más termina la tesis: una mezcla de esperanza y desazón. La he animado, le he dado un par de tips pero, sobre todo, le he dicho que no se agobie: que la tesis es solo papel que se han de comer los gusanos, mientras que sus cinco niños palpitantes son seres para toda la eternidad.
Este poema me encanta porque esas dos niñas fuimos una vez mi amiga Vero Toro y yo, en los Festivales de Poesía de Medellín (con otros poetas, pero con casi la misma expresión)
THE SECRET
Denise Levertov
Two girls discover
the secret of life
in a sudden line of
poetry.
I who don’t know the
secret wrote
the line. They
told me
(through a third person)
they had found it
but not what it was
not even
what line it was. No doubt
by now, more than a week
later, they have forgotten
the secret,
the line, the name of
the poem. I love them
for finding what
I can’t find,
and for loving me
for the line I wrote,
and for forgetting it
so that
a thousand times, till death
finds them, they may
discover it again, in other
lines
in other
happenings. And for
wanting to know it,
for
assuming there is
such a secret, yes,
for that
most of all.