135. The Layers (Stanley Kunitz)
Todo pasa
Día de purga del armario y de la biblioteca, un poco más feroz y definitivo que el de los otros días, cuando era fácil desprenderse de hojas secas. Ahora es tiempo de cortar ramas verdes y saludables, así que necesito a alguien a mi lado que ayude a poner orden al caos. Con la ropa me da un poco igual, pero con los libros noto el tirón, la crispación, aunque sé que es salubre. Qué apego a libros que no he abierto jamás, pero que están tan llenos de promesas y posibilidades que parecen brillar con más atractivo cuando se van a la pila que dice “quizá”, el eufemismo que estoy usando para el “no”. Han estado siempre ahí,fieles, en una biblioteca, listos y bien dispuestos para ese momento en que decida ungirlos, decirles que es su momento de salir a la palestra de darme un poco de vida. Será una tontería medio pagana, pero lo de Mari Kondo me consuela un poco: ese pequeño momento de apreciación, que es también un poco memento mori, un reconocimiento de que las cosas tienen sus tiempos y que está bien recibirlas y dejarlas ir.
THE LAYERS
Stanley Kunitz
I have walked through many lives,
some of them my own,
and I am not who I was,
though some principle of being
abides, from which I struggle
not to stray.
When I look behind,
as I am compelled to look
before I can gather strength
to proceed on my journey,
I see the milestones dwindling
toward the horizon
and the slow fires trailing
from the abandoned camp-sites,
over which scavenger angels
wheel on heavy wings.
Oh, I have made myself a tribe
out of my true affections,
and my tribe is scattered!
How shall the heart be reconciled
to its feast of losses?
In a rising wind
the manic dust of my friends,
those who fell along the way,
bitterly stings my face.
Yet I turn, I turn,
exulting somewhat,
with my will intact to go
wherever I need to go,
and every stone on the road
precious to me.
In my darkest night,
when the moon was covered
and I roamed through wreckage,
a nimbus-clouded voice
directed me:
“Live in the layers,
not on the litter.”
Though I lack the art
to decipher it,
no doubt the next chapter
in my book of transformations
is already written.
I am not done with my changes.