Fr. Juan, que ha escrito bastante sobre John Henry Newman, nos leyó este apunte durante el retiro. Lo escribió Newman el 6 de marzo de 1848 (recogido ahora en Meditaciones y Devociones):
Dios ha creado todas las cosas para bien; todas las cosas para su mayor bien; todo para su propio bien. El bien de una cosa no es el bien de la otra; lo que hace feliz a una persona haría infeliz a otra. A menos que interfiera con Su plan, Dios ha decidido que alcance aquello que será mi mayor felicidad. Él me mira individualmente, me llama por mi nombre, sabe lo que puedo hacer, lo que mejor puedo ser, cuál es mi mayor felicidad, y tiene la intención de dármela.
Dios sabe cuál es mi mayor felicidad. Yo no. No hay una regla sobre lo que es bueno y hace a alguien feliz; lo que conviene a uno no convendría a otro. Son muy variadas las maneras en las que se alcanza la perfección; las medicinas que nuestras almas necesitan son muy diferentes entre sí. Así, Dios nos conduce por caminos extraños. Sabemos que Él quiere nuestra felicidad, pero no sabemos ni dónde se encuentra nuestra felicidad, ni cuál es el camino. Estamos ciegos; si de nosotros dependiera, tomaríamos el camino equivocado. Tenemos que dejarlo en Sus manos.
Pongámonos en Sus manos, y no nos sorprendamos, aunque nos lleve por un camino extraño, una mirabilis via, como dice la Iglesia. Tengamos la certeza de que Él nos guiará correctamente, que nos llevará a aquello que ha de ser, no lo que nosotros creemos mejor, ni lo que es mejor para otro, sino lo que es mejor para nosotros.
Muy de pasada deja caer esa realidad maravillosa y terrible que es la libertad humana: “A menos que interfiera con Su plan”.
Como con toda inspiración, hay que saber responder confiadamente a sus llamadas.
COMPLAINT
Jim Harrison
Song, I am unused to you -
When you come
your voice is behind trees
calling another by my name.
So little of me comes out to you
I cannot hold your weight -
I bury you in sleep
or pour more wine, or lost in another's
music, I forget that you ever spoke.
If you come again, come with
Elias! Elias! Elias!
If only once the summons were a roar,
a pillar of light,
I would not betray you.