4. Honor System (Juan Antonio González-Iglesias)
La épica cotidiana de hacer lo correcto. Es uno de los poemas que E.G.-M. cita en Ejecutoria y que captura bien esa hidalguía del espíritu que propone: estar a la altura de la nobleza que nos corresponde por nacimiento. Se me ha venido a la cabeza lo que dice Simone Weil: “el mal imaginario es romántico, novelesco, variado; el mal real es triste, monótono, desértico, aburrido. El bien imaginario es aburrido; el bien real es siempre nuevo, maravilloso, embriagador”. Basta con leer el poema para sentirse uno un poco más erguido y palpar ese aspecto “nuevo, maravilloso, embriagador” del bien.
HONOR SYSTEM Juan Antonio González-Iglesias Lo aprendí de un poeta en el Estado de Oregón. Subían hasta el campo y compraban las frutas y las verduras a cualquier hora, sin que hubiera nadie. Dejaban el dinero en una caja. Nadie robaba frutos ni monedas. Recordaba un pasaje de Virgilio. Un trato áureo que se sostenía –cual prodigio en el aire– en casi nada. Un trato áureo entre desconocidos. Cada mañana yo compraba así en un puesto del campus el periódico. No había vendedores. Cada uno dejaba su moneda o su billete de dólar y tomaba un ejemplar. Igual que en las Geórgicas. Mejor. Guardo en mi corazón estos momentos. Era un triunfo del ser humano, libre de sus sombras. Comprar me parecía como un aria de Mozart.