Hemos tenido una pequeña Super Bowl party en casa. Cerveza, chili, corn bread, brownies. No he visto gran parte del juego pero he vuelto para ver el último trozo, sobre todo por acompañar a V., que no podía de la emoción. Los Eagles han ganado cómodamente.
Me ha gustado la frase que ha dicho Nick Sirianni, el entrenador, en la entrevista del final. Después de agradecer a Dios por tantas gracias, ha dicho: “You can’t be great without the greatness of others”. Al parecer es algo que repite con frecuencia. ¡Qué cierto es! En un equipo de fútbol, como en la vida. Yo también a veces me lo repito, con un haiku de E.G-.M.: “La luna llena / como mi vida, plena / de luz ajena”.
POR ESO
Jan Twardowski
No es por es por lo que Te levantaste del sepulcro;
no es por eso por lo que ascendiste a los cielos;
pero sí es por eso por lo que Te pusieron la zancadilla;
por lo que Te golpearon en el rostro;
por lo que Te desnudaron por completo;
por lo que Te encogías en la cruz como encoge la garza su cuello;
por lo que te has muerto como un dios nada semejante a Dios,
sin medicinas y sin compresas en la cabeza;
por lo que tenías unos ojos más grandes que la guerra,
como los caídos en las cunetas repletas de nomeolvides;
por lo que con ojos empañados de lágrimas, Te alzo
cada día en la misa,
como a un cordero del que se tirase de las orejas.
Bien por el poema de Jan Twardowsky. Pero más, mucho más, infinitamente más resumido en una palabra que se debe escribir siempre con mayúscula: Amor. Inagotable, infinito, Amoroso hasta no terminar nunca y solamente comprensible -si pudiera comprenderse el Amor- cuando me deje empapar por él.