Como en Colombia crecí sin nieve y en España nunca tuve que hacerlo, no sé bien cómo decir en español “to shovel the driveway”. Me da apuro cuando se me escapan así las palabras y termino en un spanglish un poco vergonzoso. ChatGPT sugiere “palear la nieve del camino de la entrada”, pero “camino de la entrada” da una impresión distinta de “driveway” y “palear” casi me suena más a pegarle a alguien con una pala, pero tengo tal confusión que ya no sé si fiarme de mis intuiciones.
El caso es que he estado una rato en la mañana shoveling the driveway. Es agotador y muy despejante al mismo tiempo. Un cardenal trinaba desde el acebo y el altísimo magnolio de la entrada soltaba descargas de nieve acumulada de cuando en cuando, *swoosh*.
Por la tarde, un breve paseo por el bosquecillo, que esta vez tenía un muñeco de nieve en la entrada, como uno de esos guardianes de piedra que protegían los templos japoneses. Este, sin embargo, nada feroz, con sus gafas de sol, chaleco y casco de seguridad naranjas, bufanda azul y una mascota obesa difícil de identificar, pero igualmente sonriente.
Hoy, otro poema en honor a la nieve, cómo no. De Linda Pastan me han gustado mucho todos los poemas sueltos que he leído.
Pre-Textos ha publicado recientemente una versión bilingüe de uno de sus poemarios, “El último de nuestros tíos”. El poema que da título al poemario (aquí está en inglés) trata de un tema en el que pienso con cierta frecuencia en mis momentos más melancólicos.
BLIZZARD
Linda Pastan
the snow
has forgotten
how to stop
it falls
stuttering
at the glass
a silk windsock
of snow
blowing
under the porch light
tangling trees
which bend
like old women
snarled
in their own
knitting
snow drifts
up to the step
over the doorsill
a pointillist’s blur
the wedding
of form and motion
shaping itself
to the wish of
any object it touches
chairs become
laps of snow
the moon could be
breaking apart
and falling
over the eaves
over the roof
a white bear
shaking its paw
at the window
splitting the hive
of winter
snow stinging
the air
I pull a comforter
of snow
up to my chin
and tumble
to sleep
as the whole
alphabet
of silence
falls out of the
sky
"Despejar el camino de la entrada", tal vez.