L. y J., amigos de Colombia que viven en Miami, han venido a Washington este fin de semana, así que nos hemos aventurado fuera de los lugares turísticos más usuales y hemos visitado las Cavernas de Luray: ¡increíbles! La naturaleza haciendo arte, con esa paciencia milenaria.
Hemos parado en el viñedo de los Quièvremont, donde estuve el septiembre pasado ayudando en la vendimia, y en Manassas, donde está uno de los campos de batalla de la guerra civil. Hay bastantes en esta área y aunque siempre parece que no hay nada que ver más que un campo abierto, siempre resultan siendo fascinantes.
EL REGRESO DEL MUNDO
Francisco Brines
Abrir los ojos, después de que la noche
recluyera los astros en su amplia cueva rasa,
y ver, tras del cristal,
ya visibles los pájaros
en el fanal aún pálido del sol,
moviéndose en las ramas.
Y cantos que hacen mía la bóveda del aire.
Y sentir que aún me late en el pecho
el corazón del niño aquel,
y amar, en la mañana, la vida que pasó,
y esta maga sorpresa
de amar aún el mundo en la mañana.
Y en el nombre del mar, que está lejano
y azul, siempre tendido
desde el remoto amanecer del mundo,
persignarme la frente, luego el pecho,
los delicados hombros que ahora rozo,
y besar, con los labios del niño rescatado,
este mundo tan viejo,
que hoy no alcanzo a saber
por qué, si el amor no se ha muerto,
me quiere abandonar.