La primavera en DC es de lo más emocionante. Suelo compararla con un espectáculo de juegos pirotécnicos. Empiezan las primeras explosiones (florales) más tímidamente, luego van cogiendo carrerilla hasta una auténtica apoteosis. Este año tengo el propósito de fijarme con más detalle qué flores me van saliendo al paso. Las primeras, bastante notorias, han sido los narcisos amarillos (daffodils), cuyos pétalos forman una trompetilla propia con la que parecen anunciarse. También han empezado a florecer algunos cerezos rosados (cherry blossoms), aunque a los famosos cerezos del downtown les quedan al menos dos semanas. Voy con la ilusión de recibir un nuevo ramillete de flores cada día. Sé bien quién las regala.
SIN PALABRAS
María Eugenia Reyes
Te amo te amo en las aceras
al son del segundero al ritmo de mi alma,
te escucho en las esquinas y no entiendo
del todo
y hasta un perro desalmado
caería de bruces al oírte
eternamente repitiendo teamos tan cerca
por los días y yo sin escucharte
que hasta un perro miraría al cielo
y te diría de rodillas:
yo a ti también.
Me agradan mucho tus posts. Gracias!
Me fascina ese poema...