83. Possible Answers to Prayer (Scott Cairns)
Domingo de retiro y tenis con R. Estábamos jugando fatal e intentábamos mantener una conversación de un lado de la cancha al otro, mientras unos chicos jugaban baloncesto al lado, así que la comunicación estaba más que truncada. Finalmente, la conversación le fue ganando cancha el tenis y terminamos sobre la red, cada una a su lado, como si el juego fuera a recomenzar en cualquier minuto, cuando ya hubiéramos solucionado la crisis de la que hablábamos.
¿Quién habla en este poema? El Dios al que a veces tratamos como un funcionario. O al menos esa es la primera voz que oímos en el poema: nuestra pobre imagen de Dios. Es también lo que sucede con frecuencia en la oración, por donde suele pasearse el ídolo de Dios que nos hacemos, hasta que la voz del Dios verdadero se va abriendo paso… como también se abre paso en el poema.
POSSIBLE ANSWERS TO PRAYER
Scott Cairns
Your petitions—though they continue to bear
just the one signature—have been duly recorded.
Your anxieties—despite their constant,
relatively narrow scope and inadvertent
entertainment value—nonetheless serve
to bring your person vividly to mind.
Your repentance—all but obscured beneath
a burgeoning, yellow fog of frankly more
conspicuous resentment—is sufficient.
Your intermittent concern for the sick,
the suffering, the needy poor is sometimes
recognizable to me, if not to them.
Your angers, your zeal, your lipsmackingly
righteous indignation toward the many
whose habits and sympathies offend you—
these must burn away before you’ll apprehend
how near I am, with what fervor I adore
precisely these, the several who rouse your passions.