9. Para escribir un currículum (Wislawa Szymborska, trad. de Abel Murcia y/o Gerardo Beltrán)
Hoy he tenido una entrevista de trabajo. Va creciendo la sensación de que se cierra una etapa y de que otra radicalmente nueva está a punto de abrirse. Muchas veces he pensado en cuál sería mi trabajo ideal y en dónde está esa anhelada intersección de la que hablan los gurús entre lo que soy buena, lo que el mundo necesita, lo que traiga un salario. Hay muchas preguntas alrededor del mundo laboral para las que no tengo más que un “no sé”. Muchas preguntas, en general, para las que no tengo más que un “no sé”. Y no es la respuesta que me gustaría. Quizá por eso, como quien busca consuelo, vuelvo con cierta frecuencia al discurso de aceptación del Nobel de Wislawa Szymborska, que es una especie de himno al “no sé”.
Al terminar de escribir el párrafo anterior he pensado en que me siento un poco igual a cuando terminé la carrera y me estaba dando la impresión de haber escrito ya un párrafo parecido sobre el “no sé” de Szymborska, así que he buscado en mi blog universitario y, ¡sorpresa!, no ha sido la reflexión sobre el “no sé” sino el mismísimo poema que he pensado para hoy lo que ha aparecido. Tenía otro en mente, pero ha sido la entrevista de hoy la que me lo ha recordado. Me ha sorprendido el mismo tema y el mismo tono —perdón por las “j”— y me ha entrado un poco la nostalgia. Podría copiar y pegar aquí lo mismo que decía hace ya casi 13 años, sin mucha más sabiduría, con los “no sé” y las incertidumbres de siempre.
PARA ESCRIBIR UN CURRÍCULUM
Wislawa Szymborska
¿Qué hay que hacer?
Hay que escribir una solicitud
y a la solicitud adjuntar un currículum.
Independientemente de la longitud de vida,
el currículum debe ser corto.
Es obligatoria la concisión y la selección de los hechos.
hay que cambiar paisajes por direcciones,
y vacilantes recuerdos por fechas inmóviles.
De todos los amores basta el nupcial;
y de los niños, sólo los nacidos.
Es más importante quién te conoce que a quién conoces tú.
Los viajes sólo si fueron al extranjero.
Pertenencia a qué, pero sin el porqué.
Y condecoraciones, pero sin la causa.
Escribe como si nunca hubieras hablado contigo mismo
y te evitaras de lejos.
Pasa por alto perros, gatos y pájaros,
trastos y recuerdos, amigos y sueños.
Más bien el precio que el valor
y el título más que el contenido.
Más bien el número de los zapatos que hacia dónde va
ese por el que te haces pasar.
Y además con fotografía con la oreja descubierta.
Cuenta la forma, no lo que oye.
¿Qué se oye por ahí?
El estruendo de las máquinas que trituran papel.
¡Ánimo con ese proceso! Hará lo que quiera y lo hará bien. Extraordinario Szymborska