91. For You (Sally Thomas)
Hace unos meses estuvimos en casa de T. y C. en una “play-reading” de Noche de Reyes. Esta vez han invitado a Sally Thomas —novelista, cuentista y poeta— a que leyera algunos de los poemas de su próximo libro y un relato de su libro más reciente. El poemario suyo que he leído, Motherland, me pareció extraordinario y he escuchado comentarios entusiastas de su novela Works of Mercy. Sally, además, tiene también el mejor Substack de poesía que hay. (Con un respeto sumo al copyright, glup).
Sally comenzó mencionando lo estupendo que es tener este tipo de eventos en casas particulares. Que, como decía T.S. Eliot, la familia es la principal transmisora de la cultura y llenar de poesía y buenas letras nuestros hogares es de lo mejor que podemos hacer por nuestras comunidades más cercanas.
Me llamó la atención cómo hablaba de su proceso creativo en términos de “descubrimiento”. Hay un serie de poemas en su nuevo libro sobre un ermitaño que un día “se le apareció” y desde entonces se ha sentido fascinada por él, por saber quién era. Y aún ahora, aunque la serie de poemas ya esté escrita, sigue interesada en él, descubriéndole. Así hablaba también de una de las familias en su novela. En cómo los quiere y cómo no quería que les pasara nada malo, pero, como en la vida misma… Y decía que todavía, aunque no tenga planeado una secuela, a veces vuelve a ellos, a escribir algo de sus vidas, porque quiere conocerles mejor, saber en qué andan.
Fuera, llovía a cántaros, pero la lluvia parecía hacerle compañía a la lectura. Como introducción a uno de sus poemas, habló de su pasaje favorito del Evangelio, la Transfiguración, y el cielo se iluminó con un relámpago. También llovía en el relato que leyó —un relato que escribió porque quería hablar de la casa de sus abuelos— y sonreíamos al darnos cuanto de que estábamos viviendo lo que describía. En fin, ojalá más noches y conversaciones como estas en nuestras casas.
El de hoy es uno de los poemas de Motherland.
FOR YOU Sally Thomas Am I your favorite? you want to know, So I say yes: As every breath I take's My favorite breath. If, say, you're eight, that makes You my favorite eight-year-old. Ditto Seven, six, five, four, three, two, one, zero. You were my favorite series of summer earthquakes, My favorite live-weight centered on the cervix, My favorite sight unseen that year. And so You are my favorite child right now, because You stand before me, asking that my heart Declare, You first, you always. And it's true. It works this way. Love's strange, elastic laws Grant each child its undiluted part, And that, my love, is what I offer you.