24. Medea en el aula (José Manuel Mora Fandos)
Hoy he estado todo el día en la biblioteca de la universidad. Hace unos días caí en la cuenta de que tenemos un “Writing Center” que nunca uso. Hoy he quedado con alguien y ahora, de repente, tengo una correctora de estilo dispuesta a leer, recortar, retocar, reanimar el mamotreto1. Un lujazo. Cuántos dones así, esperando a que sólo empujemos la puerta.
Casi todos los días pienso, ¿y qué hago después? ¿Dar clases? No hace mucho había decidido con certeza que no. Pero luego, vuelvo y pienso ¿cómo no? Y leo poemas como el de hoy y pienso ¡cómo no! (y luego, otra vez, quizá no, etc.).2
MEDEA EN EL AULA José Manuel Mora Fandos A mis alumnos Un año más retornas a esta aula, te sientas entre jóvenes, escuchas la historia de tus iras en sus bocas, tu justa indignación, también tu crimen. Vuelves siempre en otoño, cuando Antígona ha honrado con piedad sus dioses patrios y aún queremos saber de la tragedia, de esa historia lejana y familiar -como Ricoeur decía-, que infunde temor y compasión. Por la ventana se aprecia el amarillo, el verde, el oro, el mundo replegado, enmudecido fuera, pero elocuente en la entretela de nuestros corazones. Escuchamos entonces nuestras almas si habitamos tu alma sin descanso. "Sí, seré una mujer desdichada". Corinto, Madrid, no distinguimos. Con el coro ante el hogar desecho, una inquietud arcana, sin color como los mitos, nos pone en el instante incandescente, tememos por tus hijos, por ti misma, sentimos la catarsis, esa llama paciente, inexorable que se acrece hasta encender al fin todas las hebras que tejen quienes somos, esa llama que alumbra a quien podríamos aún ser. Hablamos, debatimos, escuchamos, tú callas. Es la hora, recogemos, nos vamos. Ahora el mundo es más vasto, más cálido y más frío, tenebroso y más claro. Te busco y ya no estás, retornarás eterna. Mientras tanto, absortos meditamos esta vida, este otoño.
“Del griego antiguo μαμμόθρεπτος (mammóthreptos), a través del latín tardío mammothreptus (“criado por su abuela”), y por ello “voluminoso” y “gordito”, por la creencia popular de que las abuelas dan mucho de comer a los niños.” (Wiktionary)
Acabo de ver que Mora Fandos ha publicado un artículo estupendo sobre la educación universitaria y las nuevas generaciones.