M. y yo compartimos ratos de escritura en la biblioteca o en el sótano. Mientras M. escribe poemas, novelas, cartas, blogposts, etc., yo escribo uno o dos párrafos. Ha sido una gran compañía en estos días de hibernación.
El otro día me preguntó si ya tenía el poema para el blog y le pedí que escogiera uno de la colección de Mary Oliver que tenía sobre la mesa. Así, mientras yo escribía, M. se adentraba por primera vez al mundo de Mary Oliver. Es una antología sustancial, de más de 400 páginas, así que grande fue mi sorpresa al ver que escogía precisamente uno de mis favoritos.1 No tenía ninguna marca en las páginas y nunca habíamos hablado de Mary Oliver y su poesía.
Me ha dicho que era el poema que más se ajustaba a mis días o a lo que le había dicho acerca de mis días: que sentía que hacía bastante poco. No sé bien qué signifique esto, pero aquí traigo el poema como testamento de la perceptiva mirada de M.
Esta noche empiezo unos días de retiro, lejos de internet2 y sus agujeros de gusano, con el anhelo de poder ser “the empty, waiting, pure, speechless receptacle.” (Me acuerdo ahora de ese libro extraordinario que es “El junco de Dios”: “Es el vacío más simple del mundo, pero el pobre junco puede emitir música infinita”).
BLUE IRIS
Mary Oliver
Now that I’m free to be myself, who am I?
Can’t fly, can’t run, and see how slowly I walk.
Well, I think, I can read books.
“What’s that you’re doing?”
the green-headed fly shouts as it buzzes past.
I close the book.
Well, I can write down words, like these, softly.
“What’s that you’re doing?” whispers the wind, pausing
in a heap just outside the window.
Give me a little time, I say back to its staring, silver face.
It doesn’t happen all of a sudden, you know.
“Doesn’t it?“ says the wind, and breaks open, releasing
distillation of blue iris.
And my heart panics not to be, as I long to be,
the empty, waiting, pure, speechless receptacle.
Por qué es uno de mis favoritos tiene su historia, relacionada con un encuentro en carne y hueso con un iris azul. Cuento la anécdota, al hilo de otras reflexiones, en el primer capítulo de este libro—se puede descargar gratis—sobre la educación de la sensibilidad.
He dejado programados los poemas de los próximos días.